Discuso del Santo Padre en su encuentro con los pueblos de la Amazonía
“Cada cultura y cada cosmovisión que recibe el Evangelio enriquece a la Iglesia con la visión de una nueva faceta del rostro de Cristo”
Las palabras del Santo Padre en Puerto Maldonado se centraron en los temas más candentes de la realidad amazónica, demostrando una vez más el Papa Francisco su acertado análisis de situación. Es un Papa que sabe escuchar, y por tanto conoce muy bien cuáles son las verdaderas preocupaciones de sus fieles. Y en el caso de Puerto Maldonado lo demostró. Venía a escuchar a los pueblos indígenas, aunque no era la primera vez que oía sus reivindicaciones. Al menos eso se deduce de su certera visión de la problemática amazónica.
Estos fueron los temas principales de sus discursos en el Coliseo Madre de Dios y en la explanada del Instituto Jorge Basadre:
La sobrexplotación de los recursos naturales y las malas políticas de conservación natural
Son los dos grandes riesgos de la Amazonía hoy que “es tierra disputada desde varios frentes: por una parte los grandes intereses económicos que dirigen su avidez sobre petróleo, gas, madera, oro y monocultivos agroindustriales. Por otra parte la amenaza por la perversión de ciertas políticas que promueven la `conservación´ de la naturaleza sin tenerles en cuenta a ustedes”. Por eso el Papa llamaba a crear espacios institucionales de respeto, reconocimiento y diálogo con los pueblos nativos. Y reconocía el valor de los proyectos ya existentes en que las comunidades se convierten en guardianas de la naturaleza y que los recursos que eso genera revierta en beneficio de sus familias: “Ustedes son memoria viva de la misión que Dios nos ha encomendado a todos: cuidar la Casa Común”.
La trata de personas
La mano de obra esclava y la explotación sexual son otros dos grandes problemas de la zona que el Papa puso sobre la mesa. E invitó a la Iglesia a ser voz profética, como fue la voz de los primeros cristianos que pisaron esta tierra que pusieron voz a los que estaban siendo explotados: “Esa profecía debe permanecer en nuestra Iglesia, que nunca dejara de clamar por los descartados y por los que sufren”. Después, en la explanada Jorge Basadre, el Papa proclamó palabras aún más duras frente a la explotación sexual de la mujer: “No se puede ‘naturalizar´ la violencia hacia las mujeres; no se puede dejar que tantas mujeres sean ‘pisoteadas´ en su dignidad”.
Reconocimiento de los pueblos y su cultura
“La Amazonía, además de ser una reserva de la biodiversidad debe ser una reserva de la cultura”. El Papa hizo un llamamiento a reconocer sus culturas, la sabiduría y su cosmovisión que tiene mucho que enseñarnos. Una cultura que está viva y que no puede ser considerada como una idealización romántica del estado natural ni un museo del pasado.
La importancia de la familia y la educación
El Papa reivindicaba la familia como mejor fórmula para evitar que los actuales colonialismos acaben con las culturas de los pueblos originarios, frente a aquellos que quieren imponer un único pensamiento. Y también reivindicaba la educación, tan necesaria para los niños y jóvenes, pero una escuela que incluya y valore todos los elementos culturales indígenas y sus lenguas: “La educación nos ayuda a tender puentes y a generar una cultura del encuentro”. El Santo Padre se dirigía al Estado para que favorezca esa educación integradora, y a los obispos para que sigan adelante con el esfuerzo de crear espacios de educación en los lugares más remotos de la selva.
Una Iglesia con rostro amazónico
Al final de su intervención el Papa Francisco pidió a los cristianos de Madre de Dios que no sucumbieran a los intentos por desarraigar la fe católica de sus pueblos. “Cada cultura y cada cosmovisión que recibe el Evangelio enriquece a la Iglesia con la visión de una nueva faceta del rostro de Cristo. La Iglesia no es ajena a vuestra problemática y no quiere ser extraña a vuestra forma de vida”. Volvió a hacer un llamamiento a todos a construir “una Iglesia con rostro amazónico y una Iglesia con rostro indígena”.
Al final de su intervención, el Papa Francisco agradecía la labor de misioneros y misioneras que han llevado y llevan la novedad del evangelio en el corazón de las distintas culturas.
Entre esos misioneros tienen especial protagonismo los dominicos y dominicas que estuvieron muy bien representados hoy en el Coliseo. Además del Maestro de la Orden y monseñor David que estuvieron al lado del Papa todo el tiempo, dominicos y dominicas hicieron una ofrenda al Santo Padre de un pirograbado con los rostros de los más ilustres misioneros dominicos: Ramón Zubieta, Ascensión Nicol y José Álvarez Apaktone.
Más tarde, en el Centro Pastoral Apaktone, tras una comida que Francisco compartió con el obispo del Vicariato y con nueves representantes de comunidades nativas, un grupo de frailes dominicos pudo hacerse una foto con el Papa, momento que aprovecharon para regalarle una preciosa escoba de plata con una reliquia de san Martín de Porres (fray Escoba).
Finaliza una visita histórica que supone un reconocimiento a la labor de tantos y tantos frailes, hermanas y laicos que han trabajado en este Vicariato durante años. Y un reconocimiento a las instituciones que han estado detrás de esa labor misionera como la Provincia de Hispania, Provincia de San Juan Bautista del Perú, Selvas Amazónicas, Centro Cultural Pío Aza, Misioneras Dominicas del Rosario… Pero por supuesto, un premio al trabajo realizado por el Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado con su obispo David Martínez de Aguirre a la cabeza.
Puedes leer el discurso íntegro del Papa Francisco en su encuentro con los pueblos de la Amazonía aquí.