Entrevista a Alexia Gordillo: “No puede ser que para una comunidad sea una condena tener recursos naturales en su territorio”
Belén entrevista a Alexia acerca de la labor de Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas en materia de sensibilización social y medioambiental
Pregunta: Cuéntanos un poco de ti.
Respuesta: Estudié ciencias ambientales en Madrid y el último año me fui con una beca Erasmus a Holanda, donde realicé un máster de Ingeniería Ambiental enfocado a trabajar en Cooperación Internacional; me especialicé en tratamiento de aguas y saneamiento y acabé haciendo la tesis en Vietnam.
Durante mi residencia en Vietnam fui consciente de la importancia de la relación entre el medioambiente y la realidad social que se vive en muchos países. Decidí enfocarme más en este campo, y comenzar a trabajar en cómo la mejora y la sostenibilidad ambiental del entorno afectaba la vida de las personas. Unos meses después de regresar de Vietnam tuve la oportunidad de trabajar en Costa Rica. Luego regresé a España, pero comencé a trabajar en una empresa internacional de medio ambiente que me permitió desde aquí seguir viajando y trabajando en estos temas.
P: Después has estado trabajando en Selvas Amazónicas, ¿cuánto tiempo?
R: En los países en los que había estado de cooperación conocí de cerca el trabajo que realizaban los misioneros y misioneras, y quedéimpresionada. Esto me llevó a dejar mi trabajo y llevar a cabo varias experiencias de misión con distintas congregaciones. Cuando regresé de varios meses en Mozambique, los dominicos me ofrecieron trabajar en Selvas Amazónicas, donde he estado trabajando durante diez años.
P: La relación entre lo social y lo ambiental que comentas tiene mucho que ver con la encíclica Laudato si` y el Sínodo Amazónico ¿de qué manera han influido en tu trabajo de sensibilización realizado en Selvas Amazónicas?
R: La verdad es que nos vino perfecta, muy adecuada al trabajo que nos encontrábamos ejecutando en ese momento. Estábamos trabajando especialmente la realidad que se vivía en las misiones frente a la explotación de los recursos naturales y la necesidad de caminar hacia un desarrollo sostenible en todos los sentidos, sobre todo con los misioneros de la selva peruana. La Laudato si vino a refrendar todo el trabajo que estábamos haciendo y, posteriormente, el sínodo amazónico nos animó a continuar por ese camino.
Seguimos apostando por el trabajo que ya estábamos haciendo con los misioneros, pero ahora teníamos en qué basarnos y documentarnos. Comprobar que desde el Vaticano se avalaba nuestro trabajo nos dio bastante subidón, y empezamos a llevar a cabo más acciones de sensibilización y difusión relacionadas con la Laudato sí.
P: A mí me llamó mucho la atención la relación que hace justo la Laudato sí’ entre el medioambiente y lo social, y cómo al final los que más sufren las consecuencias son los más empobrecidos.
R: Claro, muchas veces no somos conscientes de cómo nuestra forma de vida deteriora el medioambiente y este deterioro nos afecta a todas las personas, pero especialmente y en primer lugar a los más pobres del planeta. No podemos pensar que es algo que no va con nosotros. Muchas personas que quieren apoyar la labor que realizan los misioneros no son conscientes que una buena manera de hacerlo es modificando nuestros hábitos de consumo o estilos de vida a unos más sostenibles. Desde ahí, veíamos tan necesaria nuestra actuación.
La encíclica nos ha hecho conscientes de que son problemas globales, que no es un tema de unos ecologistas o unas pocas personas, es unproblema global que nos afecta a todas las personas, es una crisis socio ambiental que no va una sin la otra.
Muchas personas que quieren apoyar la labor que realizan los misioneros no son conscientes que una buena manera de hacerlo es modificando nuestros hábitos de consumo o estilos de vida y hacerlos más sostenibles.
P: Durante tu trabajo en Selvas, sacasteis una campaña que se llamaba asfixia. Cuéntanos en qué consistía.
R: “Asfixia” nació antes que la encíclica Laudato sí y su lema era “no podemos vivir con más de lo que necesitamos”. En ese momento los misioneros ya llevaban años acompañando a las comunidades en sus luchas y reivindicaciones por una explotación más sostenible de sus recursos, siendo conscientes que el ritmo de explotación de los recursos naturales que se está dando en tantos lugares del planeta no se sostiene. Está deteriorando el entorno, el ecosistema de la zona, y afectando a las personas que viven allí. En todos estos territorios existía y existe mucha gente trabajando y luchando por cambiar la situación y los misioneros dominicos están con ellos. De ahí nace “Asfixia”, intentando concienciar a todas las personas que no podemos vivir sosteniendo este ritmo de consumo tan desaforado que daña y mata a tantas personas del planeta. Fue una campaña muy potente y tuvo resultados muy buenos a nivel de sensibilización.
P: Sí, me acuerdo de unos retos que ibais lanzando, que eran muy divertidos...
R: Sí, lanzamos distintos retos destinados a los jóvenes para apoyar la campaña, publicamos varios estudios analizando la realidad, editamos vídeos que mostraban la situación, elaboramos materiales educativos... Además, trabajamos mucho con familias de una manera novedosa; por ejemplo, organizamos un campamento Asfixia para familias donde sensibilizábamos a través de charlas, gymkanas, juegos y conciertos, o un espectáculo de magia con mensajes muy potentes y creativos de concienciación sobre la campaña. Nos basamos sobre todo en la realidad de la Selva Amazónica de Perú, pero no solamente. Porque lo triste de esto es que el deterioro ambiental y la explotación desmesurada de recursos ocurre en todos los lugares del planeta, aunque el recurso natural varíe: puede ser la madera, el oro, el gas, el aluminio, el coltán, la palma... distintos recursos, pero una misma problemática. No puede ser que para una comunidad sea una condena tener recursos naturales en su territorio.
P: Realizasteis un informe de Selvas Amazónicas sobre este tema de explotación de materias primas, en la selva ha habido un proceso con distintas materias primas: el caucho, la madera, el gas, el petróleo, el oro...
R: Sí, se quiso realizar un estudio de investigación serio, de todo lo que estaba pasando, recogiendo datos y estadísticas objetivas. Nos centramos en la selva peruana y nos basamos en la extracción de la madera, del oro y del gas. Queríamos mostrar los impactos y controversias que tenía la extracción de estos recursos y cómo estaba afectando a la vida de la gente. Formaba parte de la campaña “Asfixia” y tuvo una aceptación y un alcance muy alto. A raíz del estudio pudimos lanzar muchas de las acciones de sensibilización para trabajar en los colegios y en otros ámbitos.
P: Nos consta que has ido a muchos colegios a trabajar la sensibilización, cuéntanos en qué te has centrado más...
R: Veíamos que era muy necesario concienciar desde las edades más tempranas en cómo la realidad que se vive en estos países depende tanto de nuestra forma de vivir aquí, que no tiene sentido que los misioneros se desgasten la vida y que nosotros les ayudemos económicamente, pero no seamos conscientes que a lo mejor les ayudamos más cambiando nuestros hábitos de vida. Tenemos que concienciarnos de la relación que tiene nuestra manera de vivir aquí, con la que tienen otras personas que viven más lejos, es lo que tiene la globalización. Se tocaban distintos temas anualmente, pero siempre relacionados con este aspecto y con la labor que realizan los misioneros dominicos.
P: ¿Cómo era la respuesta del alumnado?
R: En general muy buena. Se utilizaban actividades dinámicas y participativas muy potentes y trabajadas; algunas creadas por Selvas Amazónicas y otras creadas en red con otras instituciones misioneras.
La verdad es que les mostrábamos realidades a veces desconocidas, les acercábamos a la figura del misionero, y los animábamos a tomar acción hacia un mundo más justo y sostenible para todos y todas. Tuvimos muy buena acogida también por estar apoyados por el sínodo amazónico y la Laudato sí’.
P: Justo en este trabajo en red, que es muy enriquecedor, sacasteis la campaña “Si cuidas el planeta, combates la pobreza” como parte de la alianza “Enlázate por la Justicia”. ¿En qué consistía?
R: Independientemente de nuestras campañas propias, trabajar en red con toda la Iglesia española misionera es un signo de comunidad y trabajo compartido, de Iglesia sinodal, y es rico en sí mismo. Además, la campaña que creamos, “Si Cuidas el Planeta, combates la pobreza”, fue muy potente y conseguimos llegar a muchos colectivos que solo desde Selvas Amazónicas no hubiera sido posible. Trabajar con instituciones como Manos Unidas, Cáritas, Justicia y Paz o tantos otros, nos permitió también aprender mucho del trabajo de otros.
La campaña, que tuvo varias fases y duró más de 4 años, tenía la misma orientación que nuestra campaña Asfixia, pero gracias a ella pudimos llegar no exclusivamente a centros educativos, sino también a muchas parroquias, altas jerarquías eclesiales, base social de otras instituciones y a otros públicos nuevos para Selvas Amazónicas. Además, para nosotros la campaña fue muy rica porque se hermanó con la REPAM (Red Eclesial Panamazónica) y se basó especialmente en la realidad amazónica, donde los dominicos teníamos mucho que aportar.
P: Danos algunos consejos para el cuidado del medioambiente
R: Siempre se dice que con pequeñas cosas podemos cambiar el mundo y en el tema ambiental hay pequeñas cosas que podemos hacer fácilmente, como reducir nuestro consumo de agua, generar menos residuos, cuidar nuestro consumo, etc. Pero también creo que es importante plantearnos cosas que van un poco más allá, no quedarnos solo en nuestras pequeñas actuaciones diarias, sino plantearnos cosas más profundas y que a veces suponen un poquito más porque implican ciertas renuncias: ¿Dónde tengo mis ahorros, en qué tipo de banca? ¿Dónde se invierte ese dinero? ¿Qué modelo económico estoy apoyando? ¿Qué tipo de negocios promuevo? ¿Qué tipo de empresas energéticas estoy apoyando con mi consumo eléctrico, de dónde viene esa energía? El combustible fósil que utilizo ¿de dónde viene? ¿Qué hay detrás de la ropa que me pongo? ¿Ha tenido que sufrir alguna persona para producir algo que yo uso? ¿Necesito realmente esto? ¿Puedo vivir más austeramente?
Estas preguntas me llevan a cambios más relacionados con el sistema económico que impera y que está detrás del deterioro actual del planeta. Debemos ser conscientes que las decisiones que tomo en mi día a día, o las que elijo no tomar, afectan a la vida de otras personas. Y estas decisiones pueden ser un gran apoyo a la gran labor que realizan los misioneros, para hacernos presentes junto a ellos en las luchas y preocupaciones de las comunidades, caminando hacia una vida más digna para todos y todas.
Para concluir, me gustaría compartir esta frase del Papa Francisco: “Hoy creyentes y no creyentes estamos de acuerdo en que la tierra es esencialmente una herencia común, cuyos frutos deben beneficiar a todos. Para los creyentes, esto se convierte en una cuestión de fidelidad al Creador, porque Dios creó el mundo para todos. Por consiguiente, todo planteamiento ecológico debe incorporar una perspectiva social que tenga en cuenta los derechos fundamentales de los más postergados. El principio de la subordinación de la propiedad privada al destino universal de los bienes y, por tanto, el derecho universal a su uso es una “regla de oro” del comportamiento social y el “primer principio de todo el ordenamiento ético- social” (LS 93).
Nuestro reconocimiento a ti, Alexia, por tu contribución a que este mundo sea mejor y más humano. Creo que no hay palabras para agradecer tu trabajo, no solo por lo bien que lo has hecho en Misioneros Dominicos-Selvas Amazónicas, sino por todo lo que has sembrado y que seguro está dando muchos frutos. ¡Gracias!
Reseña biográfica de Alexia Gordillo Manzano
Estudió Ciencias Ambientales en la UAM, realizó un máster en Tecnología Ambiental en la Universidad de Wageningen, Holanda. La tesis del máster la elaboró en la ciudad de Ho Chi Minh, Vietnam, sobre saneamiento y tratamiento de aguas residuales. Trabajó en Costa Rica, en la creación de un corredor biológico. Durante 5 años se dedicó a la consultoría, realizando evaluaciones de impacto ambiental, proyectos de energías renovables...
Tras conocer de cerca la labor de los misioneros y misioneras, hizo varias experiencias como misionera seglar con su esposo Jorge, en la India, Etiopía, Mozambique, Perú y República Dominicana. Gracias a ello, y al ser de la comunidad de jóvenes Virgen de Atocha (dominicos), trabajó durante diez años como responsable de voluntariado y de sensibilización misionera en Selvas Amazónicas. Actualmente, es profesora de secundaria en un centro escolar de Madrid y sigue buscando cómo vivir y transmitir una vida en misión en cada realidad en que se desenvuelve.
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