Fr. Germán Pravia, OP, misionero en Uruguay, viene a visitarnos
A Germán lo que más le gusta es ver a la gente entusiasmada por el Evangelio, y que dedican su tiempo a servir a los demás
La comunidad de frailes dominicos atiende dos parroquias en Montevideo, una en el centro, la Parroquia Nuestra Señora del Rosario y otra de la periferia la Parroquia Santísima Trinidad.
En la parroquia Nuestra Señora del Rosario hay una trabajadora social y una pedagoga, que atiende a personas con necesidades de orientación, de alimentación, personas sin hogar… Dan talleres a las personas que reciben la ayuda de alimentación y ropa, sobre derechos humanos y dignidad que les sirvan para mejorar la vida.
Ahora van a construir un convento en Camino Maldonado para focalizar su acción en la zona periférica que es la más vulnerable, aunque sigan atendiendo a todos desde allí.
La Parroquia Santísima Trinidad abarca una gran extensión, y hay muchas personas sin trabajo y por tanto con pocos recursos. Se está creando una red parroquial de la pastoral social, para centralizar los recursos (ropero, víveres, meriendas), optimizarlos y llevar una política común. La red la coordinan el diácono de la Parroquia, la trabajadora social y un representante de las distintas comunidades. La ropa además de abrigarles, hay épocas de mucho frío, algunos la venden. El reciclado de ropa es una fuente de ingresos.
El diácono y la trabajadora social visitan las casas de las personas que solicitan ayudan, para ver cómo viven, qué les hace falta, pues los recursos son limitados y después de la pandemia las necesidades se agudizaron. Se atienden a 40 o 50 familias mensualmente, dando prioridad a ancianos y niños.
También los misioneros dominicos colaboran con la ollas populares, y atienden pastoralmente a las personas de Fazenda da Esperança.
Dan apoyo escolar para reforzar el aprendizaje en 3 lugares diferentes, gracias a voluntarios de colegios o de las comunidades. Además se les da la merienda y siempre hay un rato para jugar o hacer dinámicas juntos.
Las clases de guitarra y pintar el muro de la Parroquia está ahora mismo un poco parado. Una porque Germán ha estado aquí haciendo su doctorado en acompañamiento espiritual en la tradición dominicana, pero ya vuelve. Y la otra porque querían darle una dimensión más misionera, y que acudan adolescentes y jóvenes de centros educativos, para llegar un poco más allá. Uruguay es un país tan laico, que sólo los que van a colegios religiosos oyen hablar de Dios, los demás no han oído hablar de Dios.
Por otro lado, Germán nos comparte que la Iglesia de Uruguay es muy libre, y quien es cristiano, es cristiano convencido y respetado. Además, el Evangelio les entusiasma, y dedican su tiempo para servir a otros.
Otra cosa que le gusta mucho a Germán, es desde la comunidad poder acompañar y sostener a otros. Ver y vivir la comunidad y que la gente sepa que realmente somos una comunidad y se sienta parte de ella.