Fray Amado García lo que hoy somos es gracias a ti
Su labor ha sido imprescindible para construir Misioneros Dominicos – Selvas Amazónicas como lo conocemos hoy
Fray Amado García Pérez, OP, nació en Puebla de Yeltes (Salamanca) en 1929, trabajó en Misioneros Dominicos – Selvas Amazónicas desde 1974 a 2002, 28 años de entrega, amor, entusiasmo, compasión y alegría definen muy bien su trabajo de apoyo a la misión. Ahora está asignado al convento de Villava, cuna de muchos misioneros.
Fray Amado, OP, tuvo la oportunidad de viajar a Perú y conocer todos los puestos de misión y las comunidades indígenas; esto junto al curso que hizo de animación misionera, le motivó a ayudar a los misioneros dominicos en su labor evangelizadora y social.
Participó en las Campañas de Manos Unidas y del DOMUND, en el que aprovechaban todos los medios de comunicación social (radio, prensa...) junto a medios audiovisuales que ponían en colegios, institutos y parroquias con los que conseguían mucho apoyo.
Al principio se hacían muchas campañas de recogida de ropa y material escolar para enviarlas a Perú. Luego empezó su vida itinerante con su coche seiscientos por las provincias (residencias de mayores, conventos, institutos, colegios y hasta familias en sus casas) llevando material de sensibilización, el boletín de Selvas Amazónicas con las últimas noticias, para dar a conocer el trabajo de los misioneros en la Selva Amazónica de Perú y que de alguna forma se vincularan y apoyaran a las misiones. En cadapueblo tenía un encargado que se encargaba de recoger el dinero de los suscriptores y mandárnoslo.
Los números hablan: 1.679 sesiones de sensibilización, 8.178 cajas con unos 123.600 kg de peso (ropa, calzado, material escolar, libros, medicinas, instrumental médico, alimentos para niños, juguetes, ornamentos sagrados, cruces…) Sin contar los coches, recambios y herramientas de trabajo, placas solares que se enviaban directamente desde las empresas pero que se tramitaba desde Misioneros Dominicos – Selvas Amazónicas. Mucha gente colaboraba con los sellos usados, que vendíamos a coleccionistas prestando una gran aportación. Como dice Fray Amado, nunca agradeceremos suficiente su entrega generosa y ayuda económica, él ha visto durante sus 28 años la providencia de Dios con su generosidad.
¡Gracias y que Dios se lo pague!