Fray Pedro Velasco visita Selvas Amazónicas
Hoy hemos tenido la suerte de tener con nosotros a Fray Pedro Velasco, misionero dominico, que lleva compartiendo luchas y alegrías con la gente del Bañado de Tacumbú, un barrio a las afueras de Asunción (Paraguay), 36 años.
Con mucho entusiasmo y humildad nos contaba Pedro, el proyecto de la franja costera, que después de cinco años de trámites burocráticos, ¡ha empezado!; la gente ya estaba muy impaciente “si no ven nada, creen que no se hace nada”. Debido a las continuas inundaciones sufridas los últimos años, la situación de inestabilidad era muy grande, y la experiencia de vida en el refugio al que se trasladaban, era muy dolorosa y traumática. Si sale todo según lo esperado, habrán contribuido a una mejora de vida importante. El proyecto consiste en subir el nivel de la costa, sacando
la arena de relleno del río, construir carreteras para hacer el barrio más accesible y viviendas para realojar a las familias.
Como decía Pedro, desde un primero momento, la misión de evangelización ha estado muy unida al desarrollo socialy la defensa de la vida. Evangelio y justicia, van de la mano. Allí como párroco ha celebrado más de tres mil bautizos ya. En la pastoral con jóvenes le ayudan los estudiantes dominicos Ignacio y Hernán, y en las celebraciones Fray Leoncio Vallejo.
Hace ya 30 años se creó en el Bañado la asociación CAMSAT (Centro de Ayuda Mutua Salud para Todos), una gran comunidad, cuyos objetivos principales son: a) el desarrollo íntegro de la persona, b) trabajo con niños, adolescentes y jóvenes, c) formación y capacitación y d) organización del barrio. Como nos decía Pedro: “La fuerza más grande, es estar todos unidos”y en la que él es uno más. Y gracias a ello han creado: una escuela, equipos de fútbol hasta 15 años, escuela de danza clásica y paraguaya, orquesta de música, becas de educación secundaria y universitaria, radio comunitaria, construcción de viviendas…
Junto al proyecto de la franja costera, otro de los proyectos que han mejorado mucho las condiciones de vida del Bañado de Tacumbú, fue el que llevó el agua corriente a las casas de 2000 familias, hecho que todavía recuerdan con mucha alegría y esperanza, pues hizo que descendiera mucho la mortalidad infantil.
Durante sus años como profesor en la Universidad, Pedro ha intentado unir a los estudiantes con el Bañado de Tacumbú. Siempre la primera vez que llevaba a sus alumnos, le preguntaban: “¿qué llevo?”. Y él les contestaba: “nada, abre los ojos y mira lo que hay”. El voluntariado, la implicación y el compromiso han sido fundamentales para el desarrollo del Bañado, sobre todo de la gente que vive allí, pero también de la gente que una vez visto lo que había, ha querido ponerse al servicio.
Al principio en el barrio, se construían muchas chabolas, después de algunos proyectos de construcción de viviendas para familias necesitadas del barrio, la gente empezó a construir casas más consistentes. En la inauguración de unas de esas viviendas, una señora le decía a Pedro: “por primera vez, veo una tormenta y no tengo miedo“.
Una de las experiencias más bonitas que nos compartía Pedro, fue tener allí a su padre de voluntario 14 años, maestro de toda la vida, cuando se jubiló, se fue para allá, con su trabajo callado día a día, alfabetizó a muchos niños y niñas, que hoy ya son adultos y le recuerdan con cariño y agradecimiento. Su nombre queda para siempre de recuerdo en la calle principal del Bañado, que fue elegido por votación.
El Bañado, es una comunidad llena de vida, en la que participan activamente y juntos, en la construcción de un futuro mejor, dónde todos tengan vida, y vida en abundancia.