La Misión III
La Misión en Selvas Amazónicas, por Fr. Francisco L. de Faragó, OP
Selvas Amazónicas – Misioneros Dominicos se define en el artículo 1 de sus Estatutos como “una entidad de los Dominicos de la provincia de Hispania, creada como Secretariado de misiones en el año 1966 para apoyar la labor evangelizadora, social y humana de los Misioneros de la antigua Provincia de España en el Vicariato de Santa Rosa en Perú”. Y en el artículo 2 matiza esa definición señalando con total claridad que “es una entidad de carácter misionero-pastoral y sin ánimo de lucro”.
Sentado que vamos a hablar de una entidad misionera-pastoral, queremos en este tercer apartado examinar someramente como en las mediaciones de Selvas Amazónicas, se hace realidad lo que hemos visto en el apartado anterior sobre las claves sistemáticas de la misión, los valores que integra y las exigencias implicadas.
Si los Estatutos señalan once finalidades a sus acciones y trece tipos de actividades, en nuestro estudio las limitamos y agrupamos en tres acciones en general: Sensibilización, Proyectos y Voluntariado.
Comenzando por la sensibilización. En los estatutos se dice en el art. 4: “los fines perseguidos por Selvas Amazónicas se orientan hacia la sensibilización general con el compromiso de la evangelización y la ayuda a los territorios de misión de nuestra provincia”; en donde con las palabras “con el compromiso de la evangelización”se califica toda tarea de sensibilización como misionera. El compromiso obliga a hacer patente la apuesta por el Evangelio, a diferencia de cualquier evento de sensibilización laico o aconfesional, que busca el desarrollo o mejora de realidades dolorosas por sentido humanitario o filantrópico sin considerar la relación con Dios. Esto es: Debemos mostrar el carácter religioso de nuestra acción.
Podemos fijarnos en que todos los valores del Reino de Dios se ejercen en la tarea de sensibilización. En efecto, la evangelización requiere de la sabiduría al explicitar, predicar, y testimoniar el Evangelio; se siembra justicia en los corazones oyentes; crece la fraternidad con los destinatarios y de estos entre sí; tampoco anda lejos la santidad: Como decía San Pablo “ya no soy yo quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí” (Gál 2, 20) porque es la gracia la que actúa como don y como quehacer persiguiendo la redención del mal que se sufre en el mundo. Hay un texto de Fray José Álvarez, Apaktone, nuestro gran misionero, fundador de la misión de Shintuya, entregado en cuerpo y alma durante cincuenta y tres años a la tarea misionera, que tras el florecimiento de la misión de Shintuya fundada por él entre los terribles mashcos, reconoce el valor de la tarea de sensibilización desarrollada en la retaguardia misionera: “Hoy, desde estas pobres columnas, damos las más rendidas y expresivas gracias a cuántas almas, desde los claustros, desde los colegios, desde los talleres y oficinas, han cooperado con tanto ardor y decisión y con tan óptimo resultado, a esta obra de belleza y hermosura incomparables.” (Apaktone, Escritos II nº 103,6-Lima 1998).
La financiación de los proyectos es uno de los objetivos más importantes de Selvas Amazónicas, basta caer en la cuenta que sin fondos las acciones transformadoras de la realidad se reducen tantas veces a la buena voluntad o, peor aún, se tornan en utopía e ilusiones imposibles. Los proyectos como tales se realizan en los puestos de misión, donde la vida está impregnada por los valores del Reino; solo su financiación es la parte de la que ocupa Selvas Amazónicas.
La financiación de proyectos tiene un gran valor en la evangelización, pues en esta acción participa comúnmente por la gran mayoría de los cristianos y sus comunidades considerándola casi como una obligación misionera. La colecta del Domund y en general todas las colectas misioneras indican, por la enorme participación de los fieles, la conciencia existente de la Misión no solo como obligación de todo cristiano, sino también como vivencia de los valores de Justicia y redención propias de la misión.
Los proyectos pertenecen mayormente a la mediación de la acción. Todos los proyectos son acciones transformadoras de la realidad que persiguen la redención del mal existente y que con esa acción se pretende eliminar. La defensa de la dignidad del ser humano como imagen e hijo de Dios es el fin perseguido por cualquier proyecto misionero, pero obsérvese que es tarea misionera en tanto en cuanto se le considera en su condición de hijo de Dios y se realiza movidos por el Amor. Esta es la razón por la que Selvas Amazónicas requiere la presencia de un plan pastoral que acompañe a esa acción transformadora para aprobar el proyecto y financiarlo.
Selvas Amazónicas adquiere una responsabilidad para con sus socios y colaboradores en lo que se refiere a la financiación de proyectos. Los fondos recibidos, no son libres, están gravados por una obligación: su aplicación a las misiones, de manera que Selvas Amazónicas entiende que ella es simplemente administradora de esos bienes en las misiones.
Si queremos hablar del Voluntariado de Selvas Amazónicas, tal vez lo primero que debiéramos hacer es cambiarle el nombre, y en vez de voluntariado llamarlo LA LLAMADA; y es que no se trata de que el voluntario quiera ir a la misión, se trata de que sea la voluntad de Dios la que llame a la misión. El acceso a la misión pasa necesariamente por sentirse llamado. No basta de que guste, que haya ilusión, que se esté dispuesto a lo que sea; lo primero hay que tener claro “el porqué” ir a la misión, la razón fundamental. Un voluntario de Selvas Amazónicas lo expresaba así: “debemos aclarar nuestras ideas, nuestras motivaciones e intereses, nuestra cabeza. En este encuentro(segundo encuentro de los seis que integra el curso de voluntariado que se imparte durante un año) se ha vuelto a trabajar el tema de la motivación, el “porqué” de nuestra salida, y he llegado a una conclusión que antes intuía, pero no tenía tan clara como ahora, esa razón es Dios.”. Llegar a una respuesta tan clara de que es Dios el que llama requiere necesariamente una vida de fe, donde la oración, la participación en la vida de la comunidad, el silencio interior y la contemplación de la realidad y de la vida dura de los más vulnerables, te lleven a descubrir a Dios en ellos y en consecuencia: como quieres estar con Dios, quieres estar con ellos e ir a la misión.
Las tres acciones de Selvas Amazónicas: sensibilización, proyectos y voluntariado son maneras de invitar a asumir el sentido misionero de todo cristiano, de manera que haya un compromiso creciente, en la medida de las posibilidades: Primero: involucrar la inteligencia para conocer las situaciones y el beneficio de la misión en los pueblos; mayor compromiso supondrá el afecto y el compartir los bienes, para hacerme parte afectiva y efectiva en la misión; y por último, compartir y ofrecer mi tiempo y mi vida para estar ahí... Son tres acciones que involucran in crescendo el sentido misionero de toda vocación cristiana.
Hay que dejar claro que el camino de acceso a la misión es un camino duro en el que debes vaciarte de ti mismo, porque a la misión no vas a hacer nada sino a entregarte a ti mismo, mejor dicho, a compartir el don que Dios ha depositado en ti. Los frailes llevan más de cien años y lo único que hacen al evangelizar es acompañar y atender y las comunidades, de las que siempre reciben mucho más de lo que dan.
Fr. Francisco L. de Faragó Palou, OP
Nota del autor: Esta breve catequesis en sus tres artículos está basada en la palabra MISIÓN del Diccionario Teológico de la Vida Consagrada. Publicaciones Claretianas – 1992 2ª edición por José Cristo Rey García de Paredes.
Esta publicación forma parte de una serie de tres artículos escritos por nuestro director Fr. Francisco L. de Faragó, OP antes de fallecer. En ellos reflexiona y profundiza en torno a La Misión; dejándonos sus enseñanzas y su legado para continuar su gran labor al servicio del Evangelio, de los pueblos originarios y las personas empobrecidas; para vivir la vida en misión. Puedes leer en estos enlaces La Misión I y La Misión II