Mujeres en misión
El 8 de marzo es el Día Internacional de las Mujeres y desde Selvas Amazónicas queremos visibilizar y hablar de la situación de las mujeres en los países de misión.
El 8 de marzo es el Día Internacional de las Mujeres y desde Selvas Amazónicas queremos visibilizar y hablar de la situación de las mujeres en los países de misión. El papel de las mujeres es esencial e imprescindible en las comunidades, el Papa Francisco en su exhortación "Querida Amazonía" habla del don y la fuerza de las mujeres.
En #MujeresEnMisión compartiremos historias desde diferentes perspectivas que nos acercarán a la realidad de las mujeres.
Una luz frente a la adversidad: La violencia contra las mujeres amazónicas
Por la Hermana Jeaneth Andino Granja en CAAP
La Hermana Jeaneth Andino Granja, es psicóloga clínica y misionera dominica del Rosario en Sepahua, Ucayali, Perú. Desde su experiencia constata la realidad que sufren las mujeres indígenas de la Amazonía, que sufren una doble vulneración: por ser mujeres y por ser indígenas. Es en esta realidad donde la violencia de género es, además de una lacra, una cadena que va de generación en generación. A diario conocen casos de abusos y maltrato y, en la mayoría de los casos, encuentran pocas soluciones. Sin embargo, ellas sostienen el hogar, son madres, proveedoras, educadoras, parteras, agriculturas, pescadoras, y un buen porcentaje, empleadas domésticas en situaciones de explotación.
La presencia de las Misioneras Dominicas del Rosario en la selva sur peruana es larga. Más de 100 años desde la llegada a Puerto Maldonado de la Madre Ascensión Nicol y las primeras hermanas. En el caso de Sepahua, las misioneras llevan más de 60 años, desde 1955. En el Bajo Urubamba nombres como el de Asunción Guerrero, Madre Paulina y tantas otras hermanas iluminan los rostros de los indígenas y, sobre todo, de las mujeres indígenas que han estado bajo su tutela en el internado o bajo sus cuidados en la posta de salud. Con ilusión continuan, hoy, la labor que les legaron.
Dentro del trabajo que realizan las hermanas en el internado y en institución educativa de convenio entre el Vicariato de Puerto Maldonado y el Ministerio de Educación, expone la Hermana Jeaneth que la influencia de todo lo occidental pone en peligro la vivencia de su propia cultura para las jóvenes, este hecho las expone a graves situaciones de riesgo como el consumo y venta de drogas, la prostitución, la trata, el acoso sexual, la violencia y la explotación laboral. Existe también un alto índice de embarazo precoz y aborto. Todo esto lleva a la deserción escolar. Además, van perdiendo el sentido de la reciprocidad, la vida en grupo, la convivencia y adquieren actitudes individualistas propias del sistema operante, lo que esto repercute en su desarrollo integral.
La Hermana Jeaneth relata que a nivel de pastoral en la Iglesia, las mujeres indígenas son el motor en las comunidades. El machismo es fuerte, pues quienes figuran en los cargos de autoridad son casi siempre hombres, pero quienes en realidad lideran son ellas. Las mujeres asumen la responsabilidad de sostener la vida espiritual de la comunidad. También son líderesas activas en los encuentros de formación, su presencia en la Eucaristías es muy significativa. Reconocen a la Iglesia como su aliada, confían en los sacerdotes y en las hermanas.
La presencia del Papa Francisco en estos lugares y el Sínodo Panamazónico ha sido una gran oportunidad para sentir que la iglesia está con las mujeres indígenas, que escucha sus gritos, que conoce sus necesidades. Ha sido también una oportunidad para releer su propia realidad con ojos críticos y dar su palabra con la alegría de ser escuchadas y tomadas en cuenta. Ahora, después del trabajo en el Vaticano, se inicia el mejor trabajo: poner en práctica lo dicho aquí y lo dicho en Roma y re-comenzar a formar lideresas, mujeres empoderadas de su realidad, dispuestas a defender la vida. No cabe duda, tenemos que patrocinar el protagonismo hacia la mujer indígena. Las mujeres son las que dan vida a las comunidades, a sus hogares y a la Iglesia. Es necesario reconocer su papel y hacer un camino con ellas para que cese la vulneración de sus derechos y alcancen una vida digna, en armonía y en equilibrio con su Amazonía.
Teodolina Villalba, transformación femenina de la lucha campesina paraguaya
Por Noelia F. Aceituno en eldiario.es
Teodolina Villalba es la secretaria general de la Federación Nacional Campesina (FNC) desde 2012, esto supuso un avance muy importante para la organización, ya que fue la primera mujer en liderarla. Sus propuestas han transformado la FNC que comenzó cambiando las dinámicas de las reuniones y en ellas se escucha primero a las compañeras y después a los compañeros. Impulsó la creación de guarderías dentro de la Federación y cambió la organización de las marchas campesinas. En las marchas, antes eran las mujeres las que se encargaban de la cocina y ahora los hombres realizan estas labores y se encargan también de la guardería, mientras las mujeres hacen otras tareas como la seguridad. Ha impuesto también los trabajos sociales para los maltratadores, con el castigo añadido de contar al que pregunte por qué está realizando esas tareas. "Ponemos eso en debate dentro del grupo de las compañeras, por eso le llamamos Brigada de Mujeres. Así hablamos y lo llevamos a la asamblea de la comunidad. Ahí ya están los esposos, los hermanos, sus hijos, los abuelos, las abuelas... y se plantean los problemas", comentó la lideresa.
La FNC este año volverá a Asunción para la edición número 27 de su tradicional Marcha Campesina. "Siempre haypresencia de las compañeras dentro de la lucha, en la ocupación de tierras, en el cierre de rutas, en la ocupación de alguna institución, en alguna otra actividad política que hace la Federación... Siempre están activas las compañeras, pero no agarran la responsabilidad", explicó Villalba en una entrevista con Efe. Sus preocupaciones están relacionadas con el acoso, la violencia doméstica o el cuidado de los niños, que les impiden comprometerse con la política y el liderazgo de sus comunidades.
Villalba cree que estos avances también forman parte de la lucha campesina, y así ha conseguido que los asentamientos cuenten con viviendas, electricidad, escuelas, agua potable y atención sanitaria.
Desde hace casi tres décadas, los campesinos paraguayos marchan en marzo, mes clave para el campesinado, que marcha por su derecho a la tierra y para pedir la reforma agraria. La lucha es permanente en los distintos departamentos y distritos del país durante todo el año. “El campesinado siempre está vivo, siempre estamos organizados, siempre plantemos políticas a favor de la mayoría, no solo a favor del campesinado. Un desarrollo nacional, una política de Estado es lo que plantea la FNC", recalcó su secretaria general. A finales de marzo, la Federación Nacional Campesina volverá a las calles de Asunción, conscientes de que “el campesinado es la base principal para el desarrollo".
Gracias a todas las mujeres, indígenas, religiosas, laicas que mantienen vivas las comunidades y sus saberes, que luchan por los derechos de las personas, de los pueblos y por proteger la Casa Común, y un recuerdo a todas las mártires que han dado su vida protegiendo y defendiendo a los elegidos y elegidas y a la tierra que Dios nos ha regalado.