“No olvidemos dar lo contemplado (lo vivido en esta experiencia) a los demás”
Crónica de la I Convivencia Juvenil Dominicana en Matanzas, Cuba, realizada del 21 al 23 de abril
El pasado viernes 21 de abril la Orden de Predicadores en Cuba, perteneciente al Vicariato Pedro de Córdoba, puso en práctica una idea gestada desde hace muchos años. Y que, al fin, después de tantos inconvenientes, el sueño se convirtió en realidad. El propósito, reunir una representación de los jóvenes, donde ha estado y continúa brillando la llama de la predicación iniciada por Nuestro Padre santo Domingo de Guzmán en la Mayor de las Antillas, para compartir, celebrar y vivir la experiencia pascual a la luz del carisma dominicano.
Salimos treinta y ocho compañeros de camino tras la llamada del Maestro en esta Pascua para ir a nuestra Galilea, Casa de la Milagrosa de Matanzas. Los jóvenes eran provenientes de las parroquias de la Santísima Trinidad, en Trinidad; Santo Domingo, en Villa Clara; San José en Martí-Matanzas, Sagrado Corazón de Línea, el Rosario y San Juan Bautista y Santo Domingo de Guzmán (Letrán) en La Habana y de la capilla de Jesús Obrero de la capital habanera. En sus corazones, la alegría del encuentro, la primera convivencia para muchos de ellos, los sueños y esperanzas de un joven inquieto que como Domingo quieren ser buscadores de la verdad.
Al tener como partida la Espiritualidad de la Orden de Predicadores, hicimos vida nuestros pilares: contemplación, estudio, predicación y comunidad. La conducción de los temas estuvo a cargo de los prenovicios: Frizky Sáchez Abarua, Lázaro Yoerlis Moralez Gonzáles, Amed Enrique Acosta Hernández; de los laicos Prof. Dr. Rolando Felipe Ochoa Azze y Msc. Daniel Cartaya Castell y de Fr. Raisel Matanzas Pomares, OP. Ellos, junto al equipo coordinador de la convivencia, hicieron de estos tres días una experiencia inolvidable con el deseo de volveros a reunir en torno al Tercer domingo de Pascua del año venidero.
Junto al Maestro y sus amigos en convivencia, reflexionamos, hicimos nuevos amigos, jugamos, oramos…, dimos testimonio de la experiencia de fe en torno al Resucitado. Dos celebraciones de la eucaristía fortalecieron la dinámica del encuentro. La primera, junto al mar recordando el llamado de los primeros discípulos y el nuestro. La segunda, en el portal del recinto, como si estuviéramos con Jesús en el cenáculo en compañía de Fray Domingo. O como si hubiésemos regresado, como los peregrinos de Emaús a Jerusalén, para predicar y compartir lo vivido. En efecto, tal y como recordaba Lázaro Yoerlis en el último WhatsApp que se ha compartido en el grupo: “Ahora que cada cual ha llegado a su hogar y hemos comenzado nuestra rutina diaria, no olvidemos dar lo contemplado (lo vivido en esta experiencia) a los demás”. A todos los que al igual que nosotros, son compañeros en el camino para alabar, bendecir y predicar.
Por último, damos gracias a Dios por esta experiencia que se hará vida en cada uno de los lugares que vivimos y existimos. Gracias a los Frailes Predicadores de Cuba, a los bienhechores, a Misioneros Dominicos - Selvas Amazónicas y a la Pastoral Juvenil Dominicana. A todos los que han colaborado, acompañado desde lejos y asistido desde la oración, de todo corazón, gracias.
Amed Enrique Acosta Hernández
Fr. Raisel Matanzas Pomares, OP.