Nuestra Directora Ejecutiva de visita en Montevideo
Belén nos cuenta cómo los frailes con su presencia, trabajo y acompañamiento, tienen una misión muy fraterna y humanizadora, que está cerca de los sencillos
El frío de Montevideo se compensa con creces con el calor humano de frailes y hermanos que nos reciben con los brazos abiertos.
El pasado domingo el Evangelio era la multiplicación de los panes y los peces, Fray Felipe Lugen, OP, nos decía en la homilía, cuando estamos dispuestos a compartir se produce el milagro del Amor y eso es lo que pasa aquí en esta misión, se quieren mucho unos a otros, y nos recuerda “en esto reconocerán que sois mis discípulos en que os amáis”. Al presentarnos a la comunidad, y decir que veníamos de parte de Misioneros Dominicos – Selvas Amazónicas, los frailes agradecían la colaboración y generosidad de tanta gente en España que hace posible que ellos multipliquen el pan aquí, para que llegue para todos. Así que, gracias por hacerlo posible.
La comunidad de frailes está formada por Felipe, Pedro, Cristino, Santiago, Germán, Rafael, Ignacio y Guillermo en dos presencias: la Parroquia de la Virgen del Rosario y Santo Domingo en el centro y Santísima Trinidad en la periferia.
Tuvimos la suerte de asistir a la celebración del cumpleaños que la comunidad le preparó a Santiago con tanto cariño. Cada uno trajo algo para compartir, demostrándonos una vez más la generosidad del pobre. Se respiraba fraternidad. Hablamos, comimos, cantamos, bailamos y acabamos con la celebración de la Eucaristía. De la mástica a la mística como nos decía una señora. Al describirnos a Fr. Santiago una de las personas de la comunidad nos decía es buen pastor, buen Padre y buen hermano, y creo que no le falta razón.
Ayer asistimos a la reunión comunitaria de los frailes y después de la celebración de la eucaristía, nos contaron las principales preocupaciones que tienen:
- La formación religiosa: la mayoría de los frailes además de estar presentes en la parroquia, son profesores de educación religiosa o capellanes en diferentes colegios, y dan clase en la Universidad. Intentando mantenerun equilibrio entre lo doctrinal y pastoral.
La Parroquia de la periferia abarca un territorio muy grande, y la Parroquia sólo era referencia para los más cercanos. Por eso se decidió formar comunidades en los distintos barrios, donde celebrar la fe, hacerse cargo de los enfermos, de las catequesis…muchas comunidades empezaron en casas, como las primeras comunidades de Hechos de los Apóstoles.
En ambas parroquias está estructurada la pastoral social: canastas básicas acompañadas de talleres, apoyo escolar, venta de ropa…
Fr. Cristino se va a encargar de la liturgia y los cantos, Fr. Pedro de la pastoral de la salud. Y se van turnando en las celebraciones de las eucaristías.
- Los mayores y su soledad, para lo que tienen academias populares, donde además de aprender unos de otros (costura, manualidades, idiomas, literatura…), comparten, conviven, dialogan y se sienten escuchados. El otro día estuvimos en la clase de crochet, y la profesora tenía 95 años, increíble el ánimo de Rosita y sus alumnas que acabaron cantándonos hasta coplas españolas.
- Adicciones, en especial la droga: en ambas parroquias hay grupos de autoayuda, porque el Padre Lucas trabajó mucho con ellos y dejó a gente preparada para acompañar. Una señora nos decía que la droga rompe las familias. Los frailes celebran los miércoles la misa en un centro de rehabilitación y algunos que consiguen salir van a las diferentes capillas compartiendo su experiencia en las comunidades, llevando un poco de esperanza a esas madres que tanto sufren viendo cómo su hijo se está consumiendo y perdiendo todo tipo de vínculos y valores a causa de la droga.
- Los jóvenes: Uruguay es el país con la mayor tasa de suicidio de América y muy superior en la etapa juvenil. Muchos no tienen dónde agarrarse ante los problemas, les falta la fe y la esperanza. Además, muchos dejan los estudios pronto, sin acabar la secundaria.
- Los enfermos: asistir a los enfermos, darles la unción a aquellos que lo soliciten, pero también formar agentes de pastoral que sean ministros de la eucaristía, que visiten y acompañen a los enfermos con movilidad reducida o les ayuden a comprar los remedios que les hagan falta.
Quieren ser comunidad sinodal, que acompaña al pueblo uruguayo optando preferencialmente por los más pobres.
