PUEBLOS INDÍGENAS EN AISLAMIENTO VOLUNTARIO
Los más vulnerables: Víctimas de la violencia, Testimonios de resistencia.
“La desaparición de una cultura puede ser tanto o más grave que la desaparición de una especia animal o vegetal” (Carta Encíclica Laudato Si’, Nº145).
En la ciudad de Cuiabá (Mato Grosso-Brasil), durante los días 03 al 05 de abril del año 2017, se realizó el primer Encuentro Pan-Amazónico en defensa de los derechos humanos de los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario. Estuvieron reunidas 35 personas de distintas instituciones: Conselho Indigenista Missionário (CIMI), Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), el obispo del Vicariato de Puerto Maldonado-Perú, Secretaría Ejecutiva y representantes de las comisiones de Derechos Humanos y de Pueblos Indígenas de la REPAM, Ministerio Público Federal de Mato Grosso; representantes de pueblos indígenas de contacto inicial de la región de Mato Grosso: Enawene Nawe, Myky, Kayabi Kawaiwete, y especialistas en las áreas antropológica, pastoral y jurídica. El diálogo se dio sobre la situación de alta vulnerabilidad que viven los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario en el territorio pan-amazónico, la violación de sus derechos humanos, y las perspectivas de articulación hacia dentro y fuera de la Iglesia, para la mayor protección de su existencia e identidad cultural, y para la defensa y exigibilidad de sus derechos en el marco del Sistema Universal de DDHH.
La Red Eclesial Pan-Amazónica (REPAM) es el resultado de un largo proceso de acción territorial, de múltiples expresiones de acompañamiento de las poblaciones y territorios más vulnerados en la Pan-Amazonía, y como necesidad de articular esfuerzos firmes, más integrados y mejor organizados frente a los múltiples impactos que generan los procesos de explotación extractiva, y como consecuencia de esto, la afectación o desplazamiento de territorios y poblaciones en este vasto, rico y frágil territorio. La Red tiene como prioridad en su caminar, el diálogo y la escucha a los pueblos indígenas de la Pan-Amazonía, para fortalecer un camino conjunto en favor del cuidado de la vida. A partir de los diálogos con pueblos indígenas mantenidos en algunas cuencas hidrográficas, se identificó la necesidad de articular los Ejes de Pueblos Indígenas y Derechos Humanos, para construir una estrategia de defensa integral de los derechos de los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario (PIAV). Es urgente asumir una mirada y opción especial por la defensa de estos pueblos.
Como REPAM, queremos hacer un comunicado público referente al tema que viven nuestros hermanos de los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario:
1. VER: SITUACIÓN DE GRAVE AMENAZA
Los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario son pueblos o segmentos de pueblos indígenas que no mantienen contactos regulares o relaciones sistemáticas con otros grupos de la población, y que además suelen rehuir de todo tipo contacto con personas ajenas a su grupo. Estos pueblos se encuentran en una grave situación de permanente vulnerabilidad y amenaza por parte de mega-proyectos extractivos y productivos que explotan los recursos naturales que se encuentran dentro de sus territorios ancestrales, respecto de los cuales ellos tienen una íntima vinculación espiritual, material y humana, de la cual depende directamente su misma subsistencia. Su manera de vivir ha sido fruto de la resistencia ante las situaciones de explotación dadas en sus territorios, bajo el modelo de desarrollo vigente.
La vulneración del derecho a la autodeterminación e identidad cultural de los PIAV considerada como un conjunto de referencias culturales por medio del cual se reconocen a sí mismos como tales, sin consideración de fronteras y con la libertad de elegir identificarse, o no, en esa condición, sin ser obligados a establecer contacto contra su voluntad. Los Estados tienen la obligación de respetar y hacer respetar esa elección en el marco de las normas consagradas en los tratados internacionales de derechos humanos.
La Pan-Amazonía es la región del mundo con más Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario. Existen alrededor de 145 referencias de la presencia de estos pueblos (1). Quienes convivimos en esta región, y en el mundo entero, debemos ser conscientes de la responsabilidad que implica precautelar la existencia e identidad de estos pueblos, por la riqueza cultural y la importancia en el cuidado del bioma amazónico, a través de un estilo de vida que cuida la armonía con el entorno. Este estilo de vida no es solo una opción, es el ejercicio pleno de sus derechos humanos, los cuales ya han sido visibilizados por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas en sus directrices de protección (2), así como también ha sido asunto de preocupación de la Relatoría de los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas de las NNUU y de la Relatoría de Pueblos Indígenas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, cuyo informe temático (3) integra los avances del Sistema Universal de protección de derechos humanos. Frente a los derechos humanos de los Pueblos en Aislamiento Voluntario se resalta el principio de la autodeterminación que es la base para el desarrollo de demás derechos colectivos como el derecho al territorio, a su identidad cultural, el derecho a la consulta previa, libre e informada, el derecho al autogobierno, entre otros, todo ello bajo el pleno respeto al principio de no-contacto. Estos derechos humanos de los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario son irrenunciables y deben ser respetados, exigidos y defendidos en el marco de las normas consagradas en los tratados internacionales, en la jurisprudencia acumulada por los órganos competentes de las Naciones Unidas, en las buenas prácticas y los estándares universales.
Los Estados de los países amazónicos han generado marcos jurídicos en su legislación nacional en concordancia con tratados internacionales de derechos humanos para la protección de los derechos de estos pueblos indígenas, como el Convenio 169 de la OIT; sin embargo, la mayor parte de países que conforman la región amazónica no han ratificado otros instrumentos internacionales, como el Protocolo Facultativo del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Pacto DESC) de las ONU, que hoy en día facultan la exigibilidad de los derechos de estos pueblos y el acceso a otros mecanismos de las Naciones Unidas, como el proceso de peticiones frente al Comité DESC; En este sentido expresamos nuestra preocupación a los Estados de Brasil, Colombia, Perú, Venezuela, Surinam y las Guyanas, por no haber firmado aún y en otros casos por no haber ratificado este protocolo. Estos son mecanismos que deben ser utilizados en favor de quienes por su condición de vulnerabilidad no pueden hacer respetar sus propios derechos, como los PIAV.
2. JUZGAR: DEFENSA INTEGRAL DE LA VIDA DE LOS PIAV
Denunciamos la situación de grave amenaza a la que son sometidos los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario, y anunciamos la acción conjunta de la Iglesia en la Amazonía por la defensa integral de los derechos de los PIAV.
“Muchas formas altamente concentradas de explotación y degradación del medio ambiente no sólo pueden acabar con los recursos de subsistencia locales, sino también con capacidades sociales que han permitido un modo de vida que durante mucho tiempo ha otorgado identidad cultural y un sentido de la existencia y de la convivencia. La desaparición de una cultura puede ser tanto o más grave que la desaparición de una especie animal o vegetal. La imposición de un estilo hegemónico de vida ligado a un modo de producción puede ser tan dañina como la alteración de los ecosistemas” (Carta Encíclica Laudato Si’, N°145)
Reconocemos las limitaciones y los aciertos que nuestra Iglesia ha tenido en su historia y en su relación con los pueblos indígenas. Sin embargo, vemos con esperanza la presencia de una Iglesia misionera, defensora de la vida, “compañera; cultural y espiritualmente enraizada; localmente territorializada; no establecida verticalmente o de espaldas a la Amazonía y sus pueblos (como hace la sociedad nacional); Iglesia transgresora del orden opresor; Iglesia no solamente para defender a los pueblos indígenas, sino para comprenderlos, convivir, aprender y compartir con ellos” (Encuentros de REPAM con Pueblos Indígenas. Tabatinga (Brasil) y Puyo (Ecuador) en 2016.). La Iglesia está presente en el territorio amazónico como defensora de la vida de quienes habitan en ella, de quienes son más vulnerables, y promueve la resistencia frente a todo lo que atenta contra este frágil equilibrio.
Reivindicamos el derecho de los PIAV a la autodeterminación y a su identidad cultural. Ellos representan un aporte sustancial a la vida de nuestros países y de nuestra región, a la diversidad cultural y a la relación armónica que mantienen con el territorio. Para nosotros son prioritarios los principios de vulnerabilidad y precaución. Eso quiere decir que ante todo debe prevalecer la protección de quienes son más vulnerables. En caso de haber indicios de la presencia de PIAV en el territorio, se debe impedir que cualquier iniciativa extractiva que pueda poner en riesgo la vida de estos pueblos. Es necesario diferenciar a los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario de aquellos pueblos indígenas de contacto inicial, tanto para considerar el apoyo que estos últimos pueden dar a los PIAV respetando el principio de no-contacto, para evitar situaciones de conflicto en sus territorios y garantizar la protección y prohibición del contacto forzado, garantizando de mejor manera la exigencia y defensa de los derechos humanos de los PIAV.
3. ACTUAR: TODOS SOMOS RESPONSABLES
Una responsabilidad de los Estados es avanzar en la garantía de los derechos de estos pueblos: respetar tanto los marcos legales internos, como los convenios y protocolos internacionales; y, para los países que todavía no firman y ratifican, hacerlo con la mayor urgencia. El diálogo fraterno entre los Estados de la Pan-Amazonía permitirá que la conflictividad en las fronteras, que afecta a los PIAV y a otras poblaciones, tenga las mejores soluciones.
“En este sentido, es indispensable prestar especial atención a las comunidades aborígenes con sus tradiciones culturales. No son una simple minoría entre otras, sino que deben convertirse en los principales interlocutores, sobre todo a la hora de avanzar en grandes proyectos que afecten a sus espacios. Para ellos, la tierra no es un bien económico, sino don de Dios y de los antepasados que descansan en ella, un espacio sagrado con el cual necesitan interactuar para sostener su identidad y sus valores. Cuando permanecen en sus territorios, son precisamente ellos quienes mejor los cuidan. Sin embargo, en diversas partes del mundo, son objeto de presiones para que abandonen sus tierras a fin de dejarlas libres para proyectos extractivos y agropecuarios que no prestan atención a la degradación de la naturaleza y de la cultura.” (Carta Encíclica Laudato Si’, N°146)
Invitamos a toda la Iglesia, en particular a la que está presente en la Amazonía, a unirse a este llamado especial por la protección de la vida de quienes son más vulnerables dentro del territorio, desde el acompañamiento integral y la comprensión de esta realidad. La Iglesia ha de hacer una fuerte opción preferencial por quienes son los más vulnerables de un sistema injusto y desigual:
“La primera tarea es poner la economía al servicio de los Pueblos: Los seres humanos y la naturaleza no deben estar al servicio del dinero. Digamos NO a una economía de exclusión e inequidad donde el dinero reina en lugar de servir. Esa economía mata. Esa economía excluye. Esa economía destruye la Madre Tierra” (Papa Francisco a los Movimientos Populares. Santa Cruz, Bolivia. 9-Julio-2015)
La REPAM asume una a vocación para seguir tendiendo puentes y propiciar esta unión. También invitamos a las organizaciones sociales y organizaciones indígenas para que juntos caminemos hacia la defensa integral de los Pueblos Indígenas en Aislamiento Voluntario que viven y dan vida a la Pan-Amazonía. Por último, valoramos los innumerables esfuerzos de la comunidad internacional en favor de estos pueblos, y los invitamos a sumarse a esta opción por la vida, por la diversidad cultural y por la biodiversidad, para que esta región siga siendo fuente de vida para todo el planeta.
“Los pueblos indígenas son bibliotecas vivas. Son los guardianes, cuidadores y jardineros de la Amazonía y del Planeta. Cada vez que un pueblo indígena es exterminado y desaparece, un rostro de Tupaña (Dios) muere. El cosmos, el planeta y toda la humanidad se empobrece” (Bernardo Satere Mawe, líder indígena).
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(1) Brasil tiene 114 referencias de PIAV
(2) Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos. “Directrices de Protección para los Pueblos Indígenas en Aislamiento Y en Contacto Inicial de la región amazónica, el Gran Chaco y la región oriental de Paraguay”. Ginebra, 2012. http://acnudh.org/wp-content/uploads/2012/03/Directrices-de-Protecci%C3%B3n-para-los-Pueblos-Ind%C3%ADgenas-en-Aislamiento-y-en-Contacto-Inicial.pdf
(3) CIDH, Pueblos en Aislamiento Voluntario y contacto inicial en las Américas, Grupo de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (IWGIA), 2013 http://www.oas.org/es/cidh/indigenas/docs/pdf/Informe-Pueblos-Indigenas-Aislamiento-Voluntario.pdf